En el "imaginero colectivo", o en la mente de muchos, la idea de "dominante" se refiere a lo que yo llamo falso dominante o dominante con d minúscula: una persona con una cierta personalidad activa, que establece una relación de sumisión con otra, ya sea en pareja o en el trabajo. La persona pasiva, el sumiso, realiza una entrega de poder al dominante, quien pasará desde ese momento a tomar las decisiones dentro de la pareja. Es una relación en la que uno se somete a cambio de que el otro le dé dirección o le alivie de tener que tomar decisiones o mantener una actitud activa en la vida.
Yo soy Dominante por naturaleza y nunca jamás he pedido la sumisión a otra persona, aunque lo que sí he esperado es la energía activa en los demás, lo cual me ha llevado a un fracaso casi constante en mis relaciones con el género humano.
Un Dominante, con D mayúscula, es el que no se somete, PUNTO, no hay más.
Y cuando en este blog hable de Dominantes como personas, me referiré a aquellos que poseen una energía de Dominación, que es -en definitiva- una energía atrayente, aunque no todo el mundo reacciona por igual a ella.
Entonces, si tanto el dominante como el Dominante son personas con actitudes activas, ¿cuál es la diferencia entre uno y otro?
Pues que, por lo que he observado, alguien que pide la sumisión ajena también establecerá relaciones de sumisión en otros ámbitos. Por ejemplo, un varón que quiere una mujer sumisa como pareja, después en el trabajo se someterá a su Jefe. Es decir, el dominante cree en la jerarquía y vive y ve el mundo de esta manera. El Dominante, como ya he dicho, no pide la sumisión a nadie y tampoco se someterá el mismo: ni en trabajo ni en las relaciones de pareja.
Entonces, ¿puedo ser yo Dominante si una vez estaba con mis amigos y el director del instituto pretendió que aceptáramos una norma completamente injusta y todos nos rebelamos?
Pues no, porque el Dominante suele estar y actuar solo y, aunque la resistencia es en esencia la misma, la Dominación no está detrás de fuerzas colectivas.
¿Y qué tiene que ver entonces la Dominación con la Maldad?
Pues tiene todo que ver, porque la Maldad es básicamente quitar a otro lo que le pertenece y, cuando la Maldad aparece, es el Dominante el que resiste cuando todos los demás agachan la cabeza. Dominantes, por tanto, hay pocos (en porcentaje de población, no en número absoluto).
El arquetipo de Dominante lo podemos ver, por ejemplo, en la figura de Winston Churchill. (Pienso que si no hubiera sido por él el mapa geopolítico actual sería completamente diferente). Él, por sí mismo, no era Dominante, pero sí representó esa figura de Dominación. Con el avance nazi intentó en un principio aunar fuerzas, sin éxito, y se quedó sólo en la Resistencia, hasta que más adelante se unieron los aliados americanos tras el ataque japonés a Pearl Harbour. Fue en ese momento cuando el curso de la historia comenzó a cambiar hacia lo que hoy conocemos. No fue antes. Y la resistencia inicial que dio lugar a que esto sucediera la representó la figura de Churchill.
Gran Bretaña es una nación Dominante; así lo ha demostrado no sólo en la resistencia nazi, sino también en la colonización mundial que llevó a cabo (donde, a pesar de toda la brutalidad que hubo, como en cualquier colonización, dejaron un legado de cultura y civilización) o cuando Margaret Thatcher envió una flota a Las Malvinas porque habían sido invadidas por Argentina.
De todas formas, como ya he dicho, en este blog me referiré a personas con energía Dominante, sólo he puesto estos ejemplos porque me parecía que reflejaban la Dominación de manera muy clara.
Personas públicas con energía Dominante son: el general Montgomery, Amancio Ortega, Bill Gates, Miguel Bosé, Grant Cardone, Claus von Stauffenberg, etc.
